Escobar explica que “Hay una responsabilidad ético política en el caso del arte ante la imagen, no es solamente un pasarlo bien, (…) justamente el arte se define como tal cuando se desmarca de la sociedad del entretenimiento y espectáculo que banaliza el vivir bien como puro entretenimiento. El compromiso que supone el arte implica responsabilidades que son difíciles y no siempre gratificantes en lo inmediato”. Y agrega que “Hay un colapso de la institucionalidad convencional, tradicional, que ha debido rearticular rápidamente sus dispositivos comunicacionales a través de trabajo online”, haciendo referencia a la urgencia con la que los cuerpos culturales han debido actuar.
La directora del CCLM, señala que también “Hay una mayor toma de conciencia de algo tan evidente como nuestra finitud, hoy en día donde la muerte aparece es un momento para pensar nuestras relaciones como seres humanos, y ¿cómo recuperamos la confianza que ha instalado el miedo al otro?”, reflexionando sobre la vuelta a la vida urbana en un futuro post pandemia.
“Esta pandemia también impide ver el mundo y sus tensiones solamente como un gran conflicto, dicotomía centro-periferia, sino que hay una tensión vacilante que adquiere una cantidad de configuraciones (…) y hay muchos centros y muchas periferias que emergen o se develan, antes estaban cubiertas y ahora aparece una pobreza y una situación de falta de asistencia pública en salud en países que aparentemente tenían resuelto este tema”, comenta Escobar.
Ambos expertos concluyen que existen diferentes maneras de relacionare y que estas deben ser pensadas desde una perspectiva anticolonial, en miras de una reconstrucción de la identidad latinoamericana sin las influencias, cifras y formas de ser que provienen desde el pensamiento eurocéntrico.